EL PROGRESO, YORO.- 35 años después, Tim Kaine regresó al pueblo que le dio dirección a su vida, el lugar donde encontró las experiencias que necesitaba para inspirarse y seguir un sueño, y no duda en afirmar: El Progreso es el pedazo de América Latina que más amo.
El senador estadounidense visitó la Perla del Ulúa como parte de una gira por Honduras en la que ha sostenido reuniones con funcionarios de gobierno, miembros de la sociedad civil y representantes del sector privado sobre una amplia gama de temas, incluyendo el comercio y el crecimiento económico de la región.
No obstante, manifestó que su visita a El Progreso era la más importante de su agenda, ya que tiene un significado muy especial.
Y es que hace 35 años el ahora senador del Estado de Virginia, mientras estudiaba Derecho en Boston, decidió darle otra dirección a su vida, ya que sentía un gran vacío en su interior.
Fue así que decidió escribir una carta a los Jesuitas donde les solicitaba trabajar como voluntario por un año en Honduras.
Los sacerdotes accedieron a su petición y en septiembre de 1980 llegó a la ciudad de El Progreso, Yoro, para ser maestro de una pequeña escuela vocacional que recién había inaugurado el hermano Jaime O’leary y el padre Juan Ramiro Martínez, en la cual brindaban formación técnica a jóvenes de muy bajos recursos.
Ahí, entre las modestas paredes del taller, conoció el valor de servir y la satisfacción de enseñar algo capaz de cambiar la vida de alguien.
Señala que a los pocos meses de su llegada, el padre Ramiro, director en aquel entonces de aquella pequeña escuela que actualmente es el Centro Técnico Loyola, fue enviado a Panamá para que continuara con su formación sacerdotal y entonces le tocó asumir por algunos meses la dirección del centro.
Manifiesta que al principio tuvo temor de hacerse cargo de los talleres, porque su español era muy pobre, pero indica que afortunadamente en aquel momento sólo se contaba con 25 estudiantes, por lo que supo arreglárselas como director.
“Durante mi tiempo aquí aprendí muchas lecciones de ustedes, de los estudiantes y sus familias, de los curas jesuitas y de la gente progreseña. Los jesuitas me inspiraron a ayudar a la gente en mi vida. Ellos son modelos de valores, misioneros que piensan en los demás antes que en sí mismos”, expresó.
Indica que en ese tiempo estaba decidiendo lo que iba a hacer con su vida y su permanencia en El Progreso le mostró el camino: “Decidí servir”.
Manifestó que está claro que para desarrollar cualquier país es vital la formación de los jóvenes y programas como el del Centro Loyola tienen un valor especial. “El Instituto está creciendo por una razón, además de los esfuerzos que hacen los Jesuitas y Fe y Alegría: es su misión de Dios de desarrollar a los jóvenes”, subrayó.
SU COMPAÑERO DE CUARTO
El Padre Juan Ramiro Martínez recuerda que Kaine estuvo en Honduras cuando tenía 22 años, y llegó hasta la ciudad de El Progreso a vivir una experiencia en un país de tercer mundo.
Refiere que el joven Tim escogió Honduras debido a que había estudiado en un instituto jesuita en los Estados Unidos y conocía muy bien al padre Patricio Wade y al hermano Jaime O’leary, quienes cumplían con su misión evangelizadora y educativa en la ciudad de El Progreso.
El padre Ramiro, quien fue compañero de habitación de Kaine en la Casa de los Jesuitas, situada en aquel entonces en el predio donde ahora funciona el centro Loyola, lo define como una persona muy sencilla y con una extraordinaria calidad humana, que nunca se quejó de nada, a pesar de la forma modesta en que convivían en el hogar de la Compañía de Jesús.
¿QUIÉN ES TIM KAINE?
A pesar de la sencillez que le caracteriza, Kaine es alguien muy importante en la gran nación del norte. De hecho, es uno de los 20 estadounidenses que ha representado a su comunidad como alcalde, gobernador y senador.
En la actualidad es miembro del Comité de Relaciones Exteriores de su país. Su carrera se ha centrado en gran medida en el tema de la ampliación de la educación profesional y técnica en escuelas secundarias en toda América, una pasión inspirada en parte por su experiencia de trabajo en el instituto Loyola.
FRASE
“He venido a hablar con la gente, a escucharles y comprender qué podemos hacer en los Estados Unidos para ayudar. Algunos de ustedes saben que nuestro presidente Barak Obama se ha propuesto invertir una importante cantidad de recursos para Honduras, El Salvador y Guatemala, y al regresar voy con la disposición de apoyarle a que esto sea aprobado”.
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